viernes, 1 de enero de 2010

CITOSTOMIA SUPRAPÚBICA



En todos aquellos casos en los que es necesaria la evacuación vesical y no es posible o no está indicado el cateterismo uretral, se realizará un drenaje suprapúbico que consiste en la colocación de un catéter intravesical por una vía de acceso percutanea en la región suprapúbica.


- Técnica. La condición fundamental y necesaria para la realización de una punción suprapúbica es que se palpe un globo vesical o que se pueda ver mediante estudio ecográfico. Este detalle se considera muy importante, ya que si la vejiga no está lo suficientemente distendida, cabe la posibilidad de que en el momento de la punción se perfore la cavidad peritoneal el mismo y lo que es aun peor, alguna víscera intraperitoneal con la consiguiente aparición de un cuadro de abdomen agudo.


Hoy en día, las punciones se llevan a cabo con control ecográfico con la posibilidad de la eco-dirección, donde las dificultades se minimizan y el éxito casi se asegura.En aquellas ocasiones en las que no se pueda disponer de este aparataje complementario y tengamos que realizar la punción actuaremos de la siguiente forma:


El paciente se encontrará en ligera posición de Trendelemburg.


Palpación del globo vesical. (Mientras mas fácil sea de palpar, menos dificultades tendremos en la punción).


El punto de punción será en la línea media y a unos dos traveses de dedo por encima de la sínfisis pubiana. En este punto se aplicará anestésico local y con una hoja de bisturí de punta fina se perforará la piel y la aponeurosis de los rectos, a continuación se realizará la punción con cualquier modelo de trocar de los que existen en el mercado. El ángulo de punción será de aproximadamente 45º con respecto al eje corporal y en dirección cefálica. Si cambiamos la dirección, es posible que insertemos el trocar en el espacio retropúbico o en la próstata. Este hecho es fácil en el grupo de pacientes en los que existe crecimiento prostático. Si por el contrario el ángulo es vertical se puede perforar la cavidad peritoneal con el peligro de lesión de vísceras intraperitoneales.


Una vez posicionado e inclinado el trocar se ejercerá la presión suficiente para que progrese hasta entrar en la cavidad vesical lo que se confirma por la salida de orina a través del instrumento de punción. Una vez comprobado el correcto posicionamiento se pasa a través del trocar de punción un catéter de calibre reducido (8 – 10 Ch.) y se deja enrollado en el interior de la vejiga retirándose a continuación el trocar y fijando el catéter.


El mecanismo de fijación al igual que en las sondas uretrales puede ser interno o autorretentivo y de fijación externa.

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